domingo, 7 de septiembre de 2008

Manuel de Salas Corbalán


Nació en Santiago en 1754, al interior de una acomodada familia chilena. En 1759, su padre, don José Perfecto de Salas, fue nombrado asesor del Virrey del Perú y la familia debió trasladarse a Lima. Allí, Manuel de Salas ingresó a la Real Universidad de San Marcos, donde obtuvo el grado de Bachiller en Cánones Sagrados, en 1773. Al año siguiente, la real Audiencia de Lima le otorgó el título de abogado.

Manuel de Salas consideró la educación como el único camino que llevaba al desarrollo del individuo y al progreso de la sociedad; y debía orientarse hacia la formación de ciudadanos con profundos valores nacionales y responder a las necesidades propias de cada país. Sus objetivos fundamentales eran el fomento del progreso, la prosperidad económica y el desarrollo de la industria. En la Real Universidad de San Felipe, fundó la cátedra de Matemáticas y fue gracias a este convencimiento antes mencionado, el cual lo llevó a fundar, en 1797, la Real Academia de San Luis, a la que pensaba dotar con profesores europeos para mejorar y ampliar su educación técnica, especialmente en aritmética, geometría y dibujo.

Su preocupación por las cuestiones públicas, lo llevó a ser uno de los más ardorosos promotores de la instalación de la Primera Junta de Gobierno (1810).

Manuel de Salas, Juan Egaña y Camilo Henríquez presentaron sus planes ante la Junta de Gobierno en 1811, para la fundación de una entidad única de educación superior.
Así, en 1813 se funda el Instituto Nacional, cuyo objetivo inicial fue formar ciudadanos para la patria: que la defendieran, la dirigieran, la hicieran florecer y le dieran honor. Según el reglamento aprobado por el Congreso, el Instituto absorbería todas las casas de estudios que existían en la capital. En octubre de 1814, cuando los patriotas fueron derrotados en Rancagua, las autoridades españolas retoman el poder y una de las primeras medidas autoritarias que aplican es clausurar el Instituto Nacional, siendo Manuel de Salas exiliado al archipiélago Juan Fernández durante tres años. Al regresar, en 1817, continuó con su labor pedagógica desde la Biblioteca Nacional de la cual fue su primer director.
En 1818, después de la victoria de Chacabuco, los patriotas asumieron definitivamente el poder; y el Senado reabrió el Instituto Nacional bajo las mismas condiciones de 1813. La misión del Instituto fue entregar educación intelectual y militar a todo joven, sin importar su origen social ni la condición económica que tenga. Además, buscaba ejercer una poderosa influencia sobre la conducta de la sociedad, difundiendo las ideas impartidas en sus aulas hasta convertirlas en convicciones públicas.

Su legado de mayor significación y que refleja fielmente su ideario progresista y liberal, fue la Ley de Libertad de Vientres en 1811.

Manuel de Salas participó también de la fundación de la Sociedad de Agricultura, siendo ésta, en 1838, una de sus últimas actividades públicas.

Falleció el 28 noviembre de 1841 en la ciudad de Santiago.

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